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Baja Visión

¿Qué es la Baja Visión?

Baja Visión es una disciplina optométrica que se ocupa de proveer cuidados visuales a pacientes con una disminución de sus funciones visuales, no recuperables por tratamiento y/o corrección refractiva.

Son personas que no pueden desarrollar las tareas habituales de su vida diaria, como leer un libro, escribir, ver la TV o reconocer las caras de sus familiares.

Se considera paciente de baja visión a todo aquel cuya agudeza visual esté comprendida entre 0.05 y 0.3, en el mejor ojo y/o un campo visual inferior a 20º en el mejor ojo. Estos pacientes mantienen una visión útil, a la que se denomina resto visual. Este puede ser mejorado o potenciado mediante la adaptación de ayudas visuales ópticas y no ópticas, con el fin de que puedan volver a desarrollar las tareas  de su vida cotidiana.

Baja Visión es distinto del concepto de ceguera legal que hace referencia a aquellas personas con una agudeza visual inferior a 1/10 y/o un campo visual inferior a 10º.

La Unidad de Baja Visión
de Oftalvisión

La Unidad de Baja Visión de OFTALVISION se encarga de la rehabilitación funcional de todos aquellos pacientes con discapacidad visual causada por patologías crónicas, malformaciones congénitas o accidentes, pero que aún conservan un resto visual suficiente, en la mayoría de los casos aprovechable, y que no puede ser corregida con los tratamientos convencionales exintentes.

Nos referimos a patologías tales como degeneración macular, retinopatía diabética, retinosis pigmentaria, glaucoma, cataratas, aniridia, miopía magna, desprendimiento de retina, degeneraciones retinianas, patologías del nervio óptico, edema macular quístico, membrana pre-retiniana, neuritis óptica, oclusión de las arterias y venas retinianas, etc.

Aquellas patologías que se sufren en las primeras décadas de la vida suelen presentar un mejor pronóstico debido a que la edad influye en la capacidad de adaptación.

El proceso de atención al paciente es, sintéticamente, el que se describe a continuación:

1.- Anamnesis, Diagnóstico y Exploraciones

Siendo importante conocer la motivación, expectativas, aceptación y colaboración. Habitualmente, un paciente que sufre una pérdida de visión entra en un proceso de adaptación a la nueva situación. Este proceso comienza negando la realidad de su problema visual, que suele ocurrir cuando la persona empieza a ser consciente de su pérdida de visión y de la imposibilidad de que sea corregida con métodos tradicionales, como serían gafas o lentes de contacto.

Cuando se consigue su aceptación, se debe iniciar la rehabilitación, ya que ha adquirido conciencia de su estado y calidad de visión, lo que ayuda a obtener una gran colaboración por su parte, necesaria para conseguir una óptima adaptación a la ayuda visual que requieran en cada caso.

Hay que informar al paciente (y a los acompañantes) de las pruebas que van a realizar y de los objetivos que se pretenden alcanzar, expectativas, dejando muy claro que no se trata de dar más visión sino de potenciar y optimizar el resto visual que le queda, para poder usarlo en una o varias tareas concretas, para lo cual tendrá que utilizar las ayudas visuales correspondientes.

2.- Analizar, cuantificar y cualificar el resto visual de cada paciente

Estas medidas son necesarias para prescribir y adaptar su ayuda visual y diseñar su plan de rehabilitación dirigido a una o varias de las actividades de su vida cotidiana.

Las ayudas visuales pueden ser:

a) Ópticas:

Consisten en sistemas ópticos basados en la magnificación de la imagen mediante sistemas de lentes. Algunos ejemplos son:

Telescopios de tipo Galileo y Kepler, gafas hiperoculares, lupas, magniplus (lentes asféricas), gafas biprismáticas, telemicroscopios, segmentos asféricos, sistemas electrónicos de ampliación proyectiva, sistemas frontales, circuitos cerrados de TV, etc.

bajavision_lupas_oftalvision

b) No ópticas:

Favorecen la utilización del resto visual sin necesidad de lentes o sistemas ópticos. Esto se consigue mejorando la iluminación, el contraste, la postura o la distancia de trabajo, mediante el empleo de fuentes de luz, filtros, atriles, tiposcopio, macrotipos, etc.

Los filtros permiten controlar el deslumbramiento, realzar el contraste y adaptación a la luz. También pueden mejorar la  agudeza visual.

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3.- Empatía y comunicación con el paciente

Hacer comprender al paciente la utilidad y limitaciones de las Ayudas Visuales, preparación de un Programa de Rehabilitación Visual específico y orientación sobre Sistemas Ergonómicos disponibles

4.- Revisiones periódicas y seguimiento de los avances

Revisiones periódicas de control y seguimiento para valora su evolución y, en caso de que fuese necesario, realizar cambios.